DOS TIPOS DE CÁNCER DE MAMA:
Adicionalmente, la piel exterior de la mama puede desarrollar carcinomas del epitelio escamoso de la piel o neurodermatitis – los cuales pueden ocurrir también en cualquier otra parte.
En general, los conflictos ligados al carcinoma de la glándula mamaria siempre se relacionan con un conflicto de pelea ó de preocupación, mientras que para la ulceración de los conductos galactóforos siempre es un conflicto de separación.
La importancia de la lateralidad manual derecha o lateralidad manual izquierda: cualquiera puede establecer su propia lateralidad. Aplaude con tus manos como lo harías al aplaudir en un teatro.
La mano que se encuentra arriba es la prominente, la mano que liderea, e indica la
lateralidad biológica de la persona. Si la mano derecha golpea a la izquierda, entonces uno es
diestro y de forma opuesta, si la mano izquierda golpea a la derecha, uno es zurdo. Esta prueba es muy importante para descubrir desde que hemisferio cerebral funciona la persona, porque existe gente que zurda que se rehabilitó y que se desempeñan como diestros. De forma simple, el hemisferio derecho tanto del cerebelo como del cerebro controlan predominantemente el lado izquierdo del cuerpo, y por el contrario, el hemisferio izquierdo tanto del cerebelo como del cerebro controlan el lado derecho del cuerpo.
En breve: una mujer diestra asocia su seno izquierdo a su hijo, su madre y su nido (casa, morada). Su seno derecho no solo se relaciona con su pareja (esposo o amigo), sino también con parejas o compañeros como el padre, el hermano, la hermana, la suegra, el jefe, vecino, etc. También ella puede considerar a los niños pequeños o animales como “sus hijos”.
Si una mujer diestra desarrolla cáncer de la glándula mamaria en su seno izquierdo,
entonces ella tiene ya sea un conflicto de preocupación relacionado con su hijo, madre o nido,
ó un conflicto de pelea con su hijo, madre o respecto a su nido. Por otra parte, hablando de
ulceración del conducto galactóforo, ella esta en conflicto activo de separación de su hijo,
madre o nido.
En una mujer zurda, esto ocurre al revés: su seno derecho se relaciona con su hijo, madre o
nido, y el izquierdo con su pareja u otras parejas, como lo descrito arriba. Luego entonces, si tiene un cáncer glandular mamario en su seno derecho, ella tiene un conflicto de preocupación/pelea relacionado con su hijo, madre o nido. En la ulceración del conducto galactóforo, ella esta con un conflicto activo de separación relacionado con su hijo, madre o nido.
Debido a que el contenido del conflicto en ambos tipos de cáncer es diferente, los centros de control en el cerebro se encuentran también en sitios diferentes. El sitio cerebral para el cáncer glandular mamario (mesodermo) está en el área lateral del cerebelo, y el centro de control de las ulceraciones de los conductos galactóforos (ectodermo) está en la corteza sensorial del cerebro. Ambos sitios de control del órgano (mama) en lados opuestos.
El cáncer glandular mamario pertenece a los cánceres que son controlados desde el cerebro antiguo, el cual, de acuerdo con el “Sistema Ontogenético de los SBS” (Tercera Ley
Biológica) genera proliferación celular durante la fase activa del conflicto. En contraste, las úlceras de los conductos galactóforos están dirigidas desde el cerebro con ulceración (degeneración del tejido) durante la fase activa del conflicto.
En la fase de curación, todo se desarrolla de forma contraria: los tumores compactos que crecieron durante la fase activa del conflicto por medio de la proliferación celular, son ahora degradados y descompuestos (caseificados) por microbios, por ejemplo hongos o mico bacterias, tales como bacterias tuberculares (si están presentes). La pérdida de tejido dirigida
por el cerebro es restituida por medio del aumento celular durante la fase de curación. En la practica médica convencional, éstas correlaciones no se conocen, y nadie hace diferencia entre una fase active del conflicto y una fase de curación. Uno simplemente designa a todo lo que causa una proliferación celular o un cambio en el tejido como “maligno".
Cáncer glandular mamario Ejemplo: Una mujer sufrió un DHS, cuando dejo caer a su hijo. El bebé se golpeó la cabeza contra el piso y estuvo inconsciente por un tiempo. Debido a que la mujer experimenta el choque como un conflicto de preocupación madre-hijo y era diestra, el cáncer de mama
glandular se desarrolló en su seno izquierdo. Esta respuesta no carece en forma alguna de significado. El propósito de incrementar tejido glandular mamario adicional es asistir a su bebé al proveer más leche maternal que antes. De esta forma el organismo de la madre trata de compensar el daño realizado.
El tumor de la glándula continua creciendo (con aumento en la producción de leche) mientras el conflicto persista. Entonces, durante la simpaticotonia, por ejemplo, en la fase active del conflicto, la madre nodriza tiene en su seno “enfermo” más leche que antes. La solución solo ocurre cuando el niño está bien de nuevo. Éste es el momento en que la glándula mamaria deja de multiplicarse. Ahora podemos ver que los cambios que previamente llamábamos enfermedades son de hecho, exactamente lo contrario, a saber, interacciones con los procesos biológicos de la Naturaleza con mucho sentido, por ejemplo,
entre una madre y su hijo, o entre una mujer y su pareja.
Otra mujer tuvo un conflicto en relación a su esposo, que le causó cáncer en las glándulas mamarias. Ya que permaneció en fase activa del conflicto hasta después de haber dado a luz a su hijo, ella continuo produciendo leche de forma abundante en el seno derecho de la pareja por mucho más tiempo del que el seno izquierdo, incluso cuando éste ya había cesado. Al final de la lactancia, el cáncer de la glándula mamaria pasó por una caseificación tubercular con los sudores nocturnos acostumbrados y finalmente la descomposición. La curación del tumor es a menudo dolorosa. Normalmente el dolor, que es causado por el proceso de cicatrización, es experimentado como un dolor agudo y punzante en el área que se está recuperando. Este tipo de dolor es característico de todas las fases de curación
controladas desde el cerebelo, incluyendo, por ejemplo, la curación del herpes. En el herpes
participa el corium de la piel, que es la capa subyacente a la epidermis. Durante el curso de la
evolución, las glándulas mamarias se desarrollaron a partir del corium o dermis de la piel. Es
por esto que el centro de control cerebral de las glándulas mamarias está localizado en la misma parte del cerebro que el corium de la piel, es decir en el cerebelo. Cuando la fase de curación de la glándula mamaria se ha completado, una tomografía computarizada de la mama mostrará una caverna en el sitio donde previamente se encontraba el tumor.
El proceso también ocurre fuera del periodo de lactancia y en mujeres no lactantes, en general. Si por ejemplo, una mujer experimenta una preocupación madre/hijo después de que la lactancia se ha detenido, un tumor de glándula mamaria crecerá inevitablemente, simulando el intento de ofrecer más leche a su lactante, aún si su bebé ya no es un lactante.
Esto ha llevado a pensar a nuestros médicos modernos a considerar tales tumores como algo
totalmente sin sentido y enfermo – como un error de la Naturaleza – porque perdieron completamente el entendimiento de su propósito original.
En la fase de curación – solo si el conflicto de ha resuelto – el tumor es degradado por
bacterias tuberculares (si están presentes). Si no hay bacterias de la TB disponibles, el tumor
se encapsula y permanece en su sitio, por supuesto sin caseificación.
Podrás preguntar, ¿pero entonces cómo es que alguien puede morir de cáncer de mama?
Aparte de los conflictos de larga duración, que en casos raros llevan hacia la muerte, uno debe decir que los conflictos de pánico iatrogénicos, como los causados por los médicos tales como el pánico al cáncer (ver “conflictos de miedo frontal”, pánico de morir, ó conflicto de auto devaluación) que siguen a un diagnóstico de cáncer de mama a menudo disparan nuevos cánceres (la medicina ortodoxa llama a esto 'metastasis'). Desafortunadamente, esto es la regla en estos tiempos –y uno puede morir fácilmente de esos miedos. Desde luego,
todo esto está totalmente fuera de relación con la enfermedad original.
Cáncer de mama intraductal
Mientras que en la fase activa del conflicto del cáncer de la glándula mamaria existe proliferación celular, observamos ulceración o pérdida de tejido en el recubrimiento del conducto galactóforo durante la fase activa de un SBS del conducto. Desde un punto de vista psicológico, estamos lidiando siempre con un conflicto de separación ya sea de un hijo, madre
o pareja. Tenemos que observar este tipo de conflicto en una forma enteramente realista y
literal, como si dos individuos estuvieran pegados, y junto con la separación es arrancado un pedazo de piel. Esto es lo que típicamente vemos en el cuadro clínico de neurodermatitis.
Desde luego, estas ulceraciones son el único síntoma, el otro es una parálisis sensorial de los
conductos galactóforos.
Si la parálisis sensorial alcanza la parte externa de la piel de la mama, la mujer no tiene sensibilidad en el pezón. Esto no es usualmente notado, como de forma opuesta lo es el carcinoma de la glándula mamaria en donde, dependiendo del tamaño del seno y la localización, un abultamiento puede sentirse ya tan solo después de unas semanas.
Una excepción con el cáncer de los conductos galactóforos es el tan llamado abultamiento cirrótico, que ocurre si el conflicto continúa prácticamente sin parar. En una mamografía, tal abultamiento cirrótico puede algunas veces tomar forma de un nódulo compacto. También son típicos los depósitos de calcio (micro-calcificación).
Una vez que el conflicto de separación es resuelto, emerge una complicación que
biológicamente no está planeada porque en el curso del proceso natural de curación, el bebé
succionará normalmente la mama seca. Así como la leche no se está produciendo (en una
mujer que no está lactando), la secreción de la herida a menudo no tiene salida y entonces se
congestiona en la mama. Como resultado, la mama se torna caliente, roja brillosa, y aumenta
de volumen rápidamente. En este caso la mama se hace más grande solo en el inicio de la
fase de curación, mientras que en el cáncer de la glándula mamaria el proceso es al revés.
Una mama que gotea es una buena señal y un buen indicador de que los conductos
galactóforos afectados no están completamente congestionados y entonces la secreción
puede vaciarse al exterior a través del pezón (en ocasiones esta secreción literalmente
escurre). Incómodo como puede parecer, la sensibilidad regresa ahora, a veces casi de forma
excesiva (hipersensibilidad o hiperestesia). Si el conflicto a durado un largo periodo de
tiempo, la mujer a veces nota una sensación de estiramiento interno de la mama.
Uno debería operar un cáncer de mama solo si pareciera aconsejable. Por ejemplo,
cuando una mujer se siente desfigurada debido al abultamiento, o cuando se desarrolla un
melanoma relacionado a un DHS y/o si por alguna razón, la capa de epitelio estalla. Esto
daría como resultado una mama abierta, fétida y que supura, lo cual puede ser muy
problemático. Lo mismo también ocurre cuando la mama es abierta por un corte, o a través
de una punción.
Causas, incidencia y factores de riesgo:
En el curso de toda la vida, a una de cada ocho mujeres se le diagnosticará cáncer de mama.
Los factores de riesgo que no se pueden cambiar abarcan:
Edad y género: el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta a medida que uno
envejece. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de
más de 50 años. Las mujeres tienen 100 veces más probabilidades de desarrollar que los hombres.
Antecedentes familiares de cáncer de mama : uno también tiene un riesgo más alto de
padecer cáncer de mama si tiene un familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer,
al igual que cáncer uterino, cáncer ovárico o cáncer de colon. Alrededor del 20 al 30% de las
mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Genes : algunas personas tienen genes que los hacen más propensos a desarrollar cáncer
de mama. Los defectos en genes más comunes se encuentran en los genes BRCA1 y BRCA2.
Estos genes normalmente producen proteínas que lo protegen a uno del cáncer. Pero, si uno
de los padres le transmite a uno un gen defectuoso, uno tiene un mayor riesgo de desarrollar
cáncer de mama. Las mujeres con uno de estos defectos tienen hasta un 80% de
probabilidades de padecer cáncer de mama en algún momento durante su vida.
Ciclo menstrual: las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales
(antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo
mayor de cáncer de mama.
Otros factores de riesgo abarcan:
Consumo de alcohol: el consumo de más de 1 ó 2 vasos de alcohol al día puede
incrementar el riesgo de cáncer de mama.
Parto: las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron sólo después de los 30
años tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Quedar en embarazo más de
una vez o a temprana edad reduce el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
DES: las mujeres que tomaron dietilestilbestrol (DES) para evitar abortos pueden tener un
mayor riesgo de sufrir cáncer de mama después de los 40 años. Esta droga se le suministraba a las mujeres entre los años 1940 y 1960.
Hormonoterapia: uno tiene mayor riesgo de cáncer de mama si ha recibido hormonoterapia durante algunos años o más. Muchas mujeres toman este tipo de terapia
para reducir los síntomas de la menopausia.
Obesidad: la obesidad ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo es controversial. La teoría es que las mujeres obesas producen más estrógeno, el cual puede estimular el desarrollo de este cáncer.
Radiación: si uno recibió radioterapia cuando era niño o adulto joven para tratar un cáncer del área del tórax, existe un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de mama. Cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación, mayor será el riesgo, especialmente si la radioterapia se administró cuando a la mujer se le estaban desarrollando las mamas.
Después de que se diagnostica el cáncer de(mama), se realizan pruebas para determinar si las células cancerosas se diseminaron dentro de la mama o hasta otras partes del cuerpo.
El proceso que se usa para determinar si el cáncer se diseminó dentro de la mama o hasta otras partes del cuerpo se llama estadificación. La información que se obtiene en el proceso de estadificación determina el estadio de la enfermedad. Esimportante conocer el estadio de la enfermedad a fin de planificar el tratamiento. Para el proceso de estadificación, se pueden utilizar las pruebas y procedimientos siguientes: Radiografía del tórax: radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo.
Exploración por TC (exploración por TAC): procedimiento mediante el cual se toma
una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, desde ángulos diferentes. Las imágenes son creadas por una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere, a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computada, tomografía
computarizada o tomografía axial computarizada.
Exploración ósea: procedimiento que se utiliza para verificar si hay células en los huesos que se multiplican rápidamente, como las células cancerosas. Se inyecta una cantidad muy pequeña de material radiactivo en una vena y este recorre todo el torrente sanguíneo.
Cuando el material radiactivo se acumula en los huesos, se puede detectar con un gammágrafo.
Exploración con TEP (exploración con tomografía por emisión de positrones): procedimiento para encontrar células de tumores malignos en el cuerpo. Se inyecta en una vena una cantidad pequeña de glucosa (azúcar) radiactiva. El explorador por TEP rota alrededor del cuerpo y toma una imagen de los lugares del cuerpo que absorben la glucosa.
Las células de tumores malignos tienen aspecto más brillante en la imagen porque son más
activas y absorben más glucosa que las células normales.
El cáncer se disemina en el cuerpo de tres maneras.
Las tres maneras en que el cáncer se disemina en el cuerpo son las siguientes:1º A través del tejido. El cáncer invade el tejido normal que lo rodea.
2º-A través del sistema linfático. El cáncer invade el sistema linfático y circula por los vasos linfáticos hasta otros lugares en el cuerpo.
3º-A través de la sangre. El cáncer invade las venas y los capilares, y circula por la sangre hasta otros lugares en el cuerpo.
Cuando las células cancerosas se separan del tumor primario (original) y circulan a través de la linfa o la sangre hasta otros lugares del cuerpo, se puede formar otro tumor (secundario). Este proceso se llama metástasis. El tumor secundari(metastásico) es el mismo tipo de cáncer que el tumor primario. Por ejemplo, si el cáncer de mama se disemina
hasta los huesos, las células cancerosas de los huesos son en realidad células de cáncer de mama. La enfermedad es cáncer metastásico de mama, no cáncer del hueso.
Para el cáncer de mama se usan los siguientes estadios:
Estadio 0 (carcinoma in situ) Hay dos tipos de carcinoma de mama in situ:
Carcinoma ductal in situ (CDIS): afección no invasora en la que se encuentran células
anormales en el revestimiento del conducto de la mama. Las células anómalas no se diseminaron afuera de este conducto hasta otros tejidos de la mama. Algunas veces, el CDIS se puede volver cáncer invasor y diseminarse hasta otros tejidos, aunque por el momento no
se sabe cómo predecir cuáles lesiones se volverán invasoras.
Carcinoma lobular in situ (CLIS): afección en la que se encuentran células anormales en los lóbulos de la mama. Muy raras veces esta afección se vuelve cáncer invasor; sin embargo, el padecer de carcinoma lobular in situ en una mama aumenta el riesgo de padecer de cáncer de mama en cualquier de las mamas.
Estadio I-En el estadio I, el cáncer ya se formó. El estadio I se divide en los estadios IA y IB.
En el estadio I , el tumor mide dos centímetros o menos, y no se diseminó fuera de la mama.
En el estadio IB se presenta una de las siguientes situaciones: No se encuentra un tumor en la mama, pero se encuentran pequeños racimos de células cancerosas (mayores de 0,2 milímetros, pero no mayores de 2 milímetros) en los ganglios linfáticos, o El tumor mide dos centímetros o menos, y se encuentran pequeños racimos de células cancerosas (mayores de 0,2 milímetros pero no mayores de 2 milímetros) en los ganglios linfáticos.
Estadio II-El estadio II se divide en los estadios IIA and IIB.
En el estadio IIA: No se encuentra un tumor en la mama, pero se encuentra cáncer en los ganglios linfáticos axilares (ganglios linfáticos debajo del brazo), o El tumor mide dos centímetros o menos, y se diseminó hasta los ganglios linfáticos
axilares, o El tumor mide más de dos centímetros, pero no más de cinco centímetros, y no se
diseminó hasta los ganglios linfáticos axilares.
En el estadio IIB, el tumor tiene una de las siguientes características:
Mide más de dos centímetros, pero no más de cinco centímetros, y se diseminó hasta los ganglios linfáticos axilares, o Mide más de cinco centímetros, pero no se diseminó hasta los ganglios linfáticos axilares.
Estadio IIIA- No se encuentra un tumor en la mama. El cáncer se encuentra en los ganglios
linfáticos axilares que están unidos entre sí o a otras estructuras; o el cáncer se puede encontrar en los ganglios linfáticos cercanos al esternón; o El tumor mide dos centímetros o menos. El cáncer se diseminó hasta los ganglios linfáticos axilares que están unidos entre sí o a otras estructuras, o el cáncer se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos cercanos al esternón; o El tumor mide más de dos centímetros, pero no más de cinco centímetros. El cáncer se diseminó hasta los ganglios linfáticos axilares que están unidos entre sí o a otras estructuras, o el cáncer se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos cercanos al esternón.
El tumor mide más de cinco milímetros. El cáncer se ha diseminado hasta los ganglios linfáticos axilares que están unidos entre sí o a otras mestructuras, o el cáncer se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos cercanos al esternón.
Estadio IIIB-En el estadio IIIB, el tumor puede tener cualquier tamaño y el cáncer
Se diseminó hasta la pared torácica o a la piel de la mama; y Se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos axilares que están unidos entre sí
o a otras estructuras, o el cáncer se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos cercanos al esternón.
El cáncer que se diseminó hasta la piel de la mama se llama cáncer de mama inflamatorio.
Para mayor información, consultar la sección sobre Cáncer de mama inflamatorio.
Estadio IIIC-En el estadio IIIC, puede no haber signos de cáncer en la mama o el tumor puede tener cualquier tamaño y se puede haber diseminado hasta la pared torácica o a la piel de la mama. Asimismo, el cáncer: Se diseminó hasta los ganglios linfáticos por arriba o debajo de la clavícula; y Se puede haber diseminado hasta los ganglios linfáticos axilares o hasta los ganglios linfáticos cercanos al esternón.
El cáncer que se diseminó hasta la piel de la mama se llama cáncer de mama inflamatorio.
Para mayor información, consultar la sección sobre Cáncer de mama inflamatorio.
El cáncer de mama en estadio IIIC se divide en estadio IIIC operable y estadio IIIC inoperable.
En el estadio IIIC operable, el cáncer:
Se encuentra en 10 o más ganglios linfáticos axilares; o-Se encuentra en los ganglios linfáticos debajo de la clavícula; o Se encuentra en ganglios linfáticos axilares y en los ganglios linfáticos cercanos al esternón.
En el estadio IIIC no operable del cáncer de mama, el cáncer se diseminó hasta los ganglios linfáticos por arriba de la clavícula.
Estadio IV-En el estadio IV, el cáncer se diseminó hasta otros órganos del cuerpo, con mayor frecuencia hasta los huesos, los pulmones, el hígado o el cerebro.
¿SE PUEDE CONFIAR EN QUE LA QUIMIOTERAPIACURE EL CÁNCER? POR ANDREAS MORITZ Tony Snow, ex Secretario de Prensa de la Casa Blanca, murió en julio de 2008 a los 53 años edad, después de someterse a varias sesiones de quimioterapia para curarse de un cáncer de colon. En 2005, tras serle diagnosticado el cáncer, le extirparon el colon y le aplicaron
quimioterapia durante seis meses. Dos años más tarde pasó otra vez por quirófano para ser operado de un tumor abdominal, próximo al cáncer original. «Se trata de una enfermedad llevadera», dijo la Dra. Allyson Ocean, oncóloga especializada en gastroenterología del Weill Cornell Medical College. «Gracias a las terapias que utilizamos, muchos pacientes pueden trabajar y llevar una vida plena y de calidad mientras reciben el tratamiento. No es cierto que estas terapias equivalgan a una sentencia de muerte.» Pero ahora sabemos que quien no estaba en lo cierto era la Dra. Ocean.
Los medios de comunicación publicaron que Snow murió de cáncer de colon, aunque todos sabían que ya no tenía colon. Según parece, el cáncer maligno había «reaparecido» (¿de dónde?) y se había «extendido» al hígado y a algunas partes más de su organismo. En realidad la operación de colon le había restringido gravemente las funciones orgánicas de eliminación y, en consecuencia, el hígado y los fluidos se habían sobrecargado de materias tóxicas. Las sesiones de quimioterapia a que se sometió inflamaron y dañaron irreversiblemente un gran número de células y además afectaron a su sistema inmunológico: una receta perfecta para la formación de nuevos tumores. Fue entonces cuando, incapaz de subsanar las causas del tumor original (además de las de nueva creación), el organismo de Snow desarrolló nuevos tumores cancerígenos en el hígado y en otras partes del cuerpo.
Los principales medios de comunicación, claro está, siguen insistiendo en que Snow murió de cáncer de colon, afianzando y perpetuando el mito de que es tan sólo el cáncer lo que mata a las personas, y no los tratamientos que siguen. Nadie parece plantearse que es sumamente difícil para un enfermo de cáncer curarse de esta dolencia estando sometido al envenenamiento sistemático de la quimioterapia y a radiaciones mortíferas. Si a uno le pica una serpiente venenosa y no recibe el antídoto adecuado, ¿acaso lo más probable no es que el veneno se extienda por todo el cuerpo y éste, por consiguiente, ya no pueda seguir funcionando? Tony Snow, antes de empezar a someterse a las sesiones de quimioterapia para tratar su segundo cáncer de colon, tenía el aspecto de una persona fuerte y sana. Pero al cabo de unas semanas de tratamiento, enronqueció, comenzó a mostrar un aspecto frágil y
gris y perdió el cabello. ¿Fue el cáncer lo que le provocó todo eso? Por supuesto que no, el cáncer no lo hizo, fueron las venenosas sustancias químicas. Su aspecto era realmente mucho más enfermizo que el de alguien al que le hubiera picado una serpiente.
¿Acaso informan alguna vez los principales medios de comunicación sobre las pruebas científicas que demuestran que la quimioterapia no produce ni el menor efecto favorable en el periodo de supervivencia de cinco años? ¿Cuántos oncólogos salen en defensa de sus pacientes y los protegen de la quimioterapia porque saben a ciencia cierta que ésta puede causarles la muerte más rápidamente que si no la reciben? ¿Pondría alguien su vida en
manos de los médicos sabiendo que gran parte de ellos ni siquiera se plantearían someterse a
quimioterapia en caso de que se les diagnosticara un cáncer? ¿Qué saben ellos que usted no sepa? Corre la noticia de que en Estados Unidos se producen cada año más de 750.000 muertes causadas por los propios médicos. Puede que muchos médicos ya no crean en los métodos que aplican, y ello por buenas razones.
«La mayoría de los enfermos de cáncer en ese país mueren a causa de la quimioterapia… La quimioterapia no acaba con el cáncer de mama, de colon o de pulmón, y esto es algo que está documentado desde hace más de diez años. Aún así, los médicos siguen utilizando la quimioterapia para combatir esos tumores… Las mujeres con cáncer de
mama tienen más probabilidades de morir antes si se someten a un tratamiento de quimio
que si no lo hacen…». Eso dice el Dr. Alan Levin.
Una investigación realizada por el departamento de oncología del Northern Sydney Cancer
Centre de Australia acerca de la contribución de la quimioterapia a la supervivencia de cinco años de 22 enfermos adultos con graves tumores malignos, mostró resultados sorprendentes: la aportación de la quimioterapia citotóxica curativa y coadyuvante en los cinco años de supervivencia de estos pacientes adultos se cifró en un 2,3 % en Australia y en
un 2,1 % en Estados Unidos [Royal North Shore Hospital Clin Oncol (R Coll Radiol), 17 de junio de 2005, (4):294.]. La investigación se basó en el Registro de Cáncer de Australia y la Vigilancia Epidemiológica y de Resultados Finales de Estados Unidos, con datos correspondientes al año 1998. En Australia, la tasa actual de supervivencia de cinco años en pacientes de cáncer adultos es superior al 60 %; y en Estados Unidos, no mucho menor. A
título comparativo, la contribución de la quimioterapia a la supervivencia de los enfermos de
cáncer, que apenas es del 2,3 %, no justifica el enorme gasto que supone y el tremendo sufrimiento que experimentan los enfermos debido a los graves efectos secundarios tóxicos del tratamiento. Vender la quimioterapia como tratamiento médico (en vez de lo que es: un timo), con un exiguo porcentaje de éxito del 2,3 %, es uno de los mayores fraudes que se han visto jamás. La quimioterapia reporta a la clase médica en promedio unos ingresos de la
friolera de 300.000 a 1.000.000 de dólares anuales, y hasta el momento quienes fomentan esta seudomedicación (veneno) han ganado más de un billón de dólares. No es de extrañar que la clase médica intente mantener en pie este fraude tanto como sea posible. En 1990, el prestigioso epidemiólogo alemán Ulrich Abel, de la Clínica de Tumores de de la Universidad de Heidelberg, dirigió el mayor estudio clínico llevado a cabo hasta entonces sobre los fármacos quimioterapéuticos. El Dr. Abel se puso en contacto con 350 centros médicos y les pidió que le enviaran todo lo que hubieran publicado sobre quimioterapia. También revisó y analizó miles de artículos aparecidos en las más prestigiosas revistas médicas; estuvo varios años recopilando y evaluando datos. El estudio epidemiológico del Dr. Abel, publicado en The
Lancet el 10 de agosto de 1991, debería haber puesto en guardia a los médicos y enfermos
de cáncer sobre los riesgos de uno de los tratamientos más comúnmente utilizados para el
cáncer y otras enfermedades. En su trabajo, Abel llegó a la conclusión de que el porcentaje global de éxito de la quimioterapia era «escandaloso». Según su estudio, no existe ningún estudio que demuestre científicamente que la quimioterapia «prolonga de modo apreciable la vida de los pacientes que sufren los tumores cancerígenos más comunes».
El Dr. Abel señala que la quimioterapia rara vez mejora la calidad de vida; la califica de «páramo científico» y manifiesta que a pesar de la ausencia total de pruebas científicas que demuestren la validez de esta terapia, ni médicos ni pacientes están dispuestos a renunciar a ella. Los medios de comunicación nunca han publicado este importantísimo estudio, lo cual no es de extrañar si se tiene en cuenta los enormes intereses creados por los grupos de presión, es decir, por los laboratorios farmacéuticos, que patrocinan esos medios.
Una reciente investigación revela que en la prensa norteamericana no se había publicado ni una sola reseña sobre el trabajo del Dr. Abel, aunque había visto la luz en 1990. A mi juicio, esto no se debe a que su trabajo no sea importante, sino a que es irrebatible.
La verdad de la cuestión sería demasiado costosa para la industria farmacéutica, por lo que es inaceptable. Si los medios de comunicación revelaran que los medicamentos, incluidos los fármacos empleados en la quimioterapia, se utilizan para cometer prácticamente un genocidio en Estados Unidos y en todo el mundo, sus mayores patrocinadores (los laboratorios farmacéuticos) tendrían que retirar los engañosos anuncios de las televisiones, emisoras de radio, revistas y periódicos. Pero nadie quiere ir a la quiebra.
Hay muchos médicos que llegan incluso a recetar quimioterapia a pacientes con tumores tan avanzados que no pueden ser operados, sabiendo a ciencia cierta que no van a mejorar en absoluto. Aún así, manifiestan que la quimio es un tratamiento efectivo contra el cáncer, y los inocentes pacientes creen que «efectivo» es igual a «curativo». Los médicos se refieren por supuesto a la definición que hace la FDA (Administración norteamericana de
alimentos y fármacos) del concepto de «efectivo»: es el medicamento que consigue que un tumor reduzca su tamaño por lo menos a la mitad durante 28 días. Olvidan advertir a los pacientes de que no existe relación alguna entre la reducción de los tumores durante 28 días y la curación del cáncer o la prolongación de la vida. La reducción temporal de los tumores por medio de la quimioterapia nunca se ha visto que cure el cáncer o prolongue la vida. Dicho
de otro modo, uno puede vivir con un tumor sin tratar durante tanto tiempo como el que tiene un tumor que ha sido reducido o eliminado por medio de la quimioterapia (o la radioterapia).
Nunca se ha demostrado que la quimio tenga efectos curativos en el cáncer. Por el
contrario, el cuerpo intenta curarse por sí mismo, y lo intenta hacer desarrollando un cáncer.
El cáncer es más una respuesta curativa que no una enfermedad. Esta «enfermedad» es un intento del cuerpo de curarse de un desequilibrio orgánico y a veces esa respuesta curativa se sigue dando aunque la persona reciba quimioterapia (y/o radioterapia). Lamentablemente, como han demostrado las investigaciones anteriormente citadas, la oportunidad de una curación real se ve reducida cuando los pacientes reciben un tratamiento quimioterapeútico.
Los efectos secundarios del tratamiento pueden ser terribles y descorazonadores, tanto para los pacientes como para sus seres queridos, y todo ello en nombre de tratamientos médicos dignos de confianza. Si bien el tratamiento promete mejorar la calidad de vida del paciente, es de cajón que un fármaco que provoca vómitos y pérdida del cabello, a la par que debilita el sistema inmunológico, hace exactamente lo contrario. La quimio puede provocar
úlceras bucales fatales. Ataca el sistema inmunitario destruyendo millones de leucocitos, y sus mortíferos venenos inflaman todo el organismo. Los medicamentos utilizados pueden destruir todo el revestimiento intestinal. El efecto secundario más común entre los pacientes que reciben quimio es la pérdida total de energía. Los nuevos fármacos que se administran en la actualidad a estos pacientes pueden evitar la percepción de algunos de esos efectos secundarios, pero reducen sobremanera el efecto supresor de la propia quimioterapia. Hay
que tener en cuenta que si la quimio reduce el tamaño de algunos tumores, es porque comporta una destrucción masiva del organismo. La persona que sufre un cáncer cree que sentirse cansada forma parte de la enfermedad, pero raramente es así. Sentirse muy cansado es probablemente una consecuencia de la anemia, un efecto secundario muy común de la mayoría de los medicamentos quimioterapéuticos. Estos fármacos pueden reducir de modo alarmante la concentración de glóbulos rojos, y ello merma las existencias de oxígeno de las
60 a 100 billones de células del organismo. Uno llega a sentir literalmente la pérdida de energía de cada una de las células del cuerpo: una muerte física sin morir. La fatiga producida por la quimio afecta adversamente a la actividad cotidiana del 89 % de los pacientes. Sin energía no hay alegría ni esperanza y todas las funciones corporales se
apagan. Uno de los efectos secundarios a largo plazo es que los organismos de esos pacientes ya no responden a tratamientos nutricionales o de refuerzo del sistema inmunitario para combatir los tumores. Ello explica porqué los pacientes de cáncer que no reciben ningún tratamiento tienen un porcentaje de remisión de hasta cuatro veces mayor que los que sí lo reciben. Lo triste es que, invariablemente, la quimioterapia no cura de todos modos del 96 al 98 % de los tumores cancerosos. No existen pruebas concluyentes (para la mayoría de los cánceres) de que la quimioterapia influya positivamente en la supervivencia o en la calidad de
vida. Promover la quimioterapia como tratamiento del cáncer es engañoso, por decirlo de manera suave. Al dañar de modo permanente el sistema inmunitario y otras partes importantes del organismo, la quimioterapia ha llegado a ser una de las principales causas de enfermedades derivadas de un tratamiento, como cardiopatías, enfermedades del hígado, afecciones intestinales, inmunodeficiencias, infecciones, daños cerebrales, trastornos dolorosos y envejecimiento prematuro.
Antes de consentir que les envenenen, los enfermos de cáncer deben plantar cara a
sus médicos y pedirles que presenten algún estudioo prueba de que la disminución de un
tumor se traduce realmente en una mayor supervivencia. Si le dicen que la quimioterapia es
la que ofrece mayores posibilidades de sobrevivir, el paciente sabrá que le están mintiendo, o simplemente que están mal informados. Como han demostrado claramente las investigaciones del Dr. Abel, no existe prueba alguna de ello en toda la literatura médica.
Someter a quimioterapia a los pacientes priva a éstos de la oportunidad de encontrar o responder a una cura real y merece una acción penal ante los tribunales.
El libro de Andreas Moritz El cáncer no es una enfermedad explica las verdaderas causas que provocan el cáncer y cómo eliminarlas para siempre. Descripción: En El cáncer no es una enfermedad, el autor, escritor de éxito conocido internacionalmente como experto en temas de salud y por su revolucionario libro Limpieza hepática y de la vesícula, nos explica que el cáncer es el síntoma físico que pone de manifiesto el último esfuerzo que el cuerpo realiza para eliminar las causas específicas que acaban con la vida. El autor afirma que la
eliminación de esas causas es lo que establece los preliminares de una curación completa a nivel corporal, mental y emocional.
Este libro anima al lector a que se enfrente a una concepción totalmente nueva del cáncer, la cual deja obsoleta a la actual. Por lo general, los tratamientos convencionales, en los que se matan, cortan o queman las células cancerosas, tan sólo ofrecen a la mayoría de los pacientes una remisión de la enfermedad del 70 %, y la mayor parte de los sobrevivientes quedan «curados » durante unos cinco años como mucho.
Andreas Moritz muestra por qué los tratamientos contra el cáncer pueden ser fatales,
qué es lo que realmente causa el cáncer y cómo eliminar los obstáculos que impiden que el cuerpo se cure por sí mismo. El cáncer no es un atentado contra la vida; al contrario, el cáncer es el intento por salvarla. A menos que cambiemos nuestra percepción de lo que el cáncer es en realidad, éste seguirá siendo una amenaza para una de cada dos personas. Este libro es una esperanza para quienes desean convertir el victimismo en fuerza y maestría, y la enfermedad en salud.
Visite este link: http://moritzandreas.blogspot.com/
PREGUNTAS SOBRE EL CÁNCER
¿Por qué los niños tienen cáncer?
Pregunta: Acabo de leer el libro El cáncer no es una enfermedad y tengo una duda. Si el cáncer es la causa de la asfixia celular, ¿por qué los bebés y los niños contraen cáncer? Según mi opinión tienen unos organismos tan nuevos que no han tenido tiempo de crear un caldo de cultivo necesario para que se desarrolle un cáncer.
Respuesta: Hay muchas razones que pueden provocar la asfixia celular en los bebés y en los
niños. Aquí tenemos algunas de ellas:
Alimentar a los niños con preparados alimenticios que contienen leche. Según nuevos estudios se ha confirmado que las hormonas de crecimiento producidas por ingeniería genética y que se inyectan en las vacas aparecen luego en la leche de estos animales y causan cáncer en el organismo humano.
Las vacunas tóxicas que se administran a los niños inhiben su sistema inmunológico,especialmente en los casos de prematuros y de niños que no han recibido lactancia materna al menos durante un año.
Cortar el cordón umbilical antes de que deje de latir es una de las principales causas de
leucemia y otros cánceres (algo que no ocurría antes de los métodos de parto modernos). La
placenta de la madre filtra las toxinas de la sangre producidas durante el proceso del parto y hasta una hora después del mismo y se encarga de que el bebé tenga los niveles de oxígeno en sangre del 100%. Cortar el cordón umbilical del niño antes de tiempo puede causar una falta de oxígeno de hasta un 60% y que las toxinas queden atrapadas en el organismo; el sistema inmunológico se enfrenta a un gran reto.
La exposición a los ultrasonidos causa también impacto en el feto, y puede llegar a acarrear problemas en el desarrollo del niño.
La dieta de la madre durante el embarazo y el periodo de lactancia es crucial para el desarrollo del niño.
Se ha demostrado que la utilización de teléfonos móviles y demás aparatos electrónicos por durante el embarazo y después del parto puede ocasionar cáncer en el bebé.
Otro factor de riesgo es la falta de exposición al sol de los niños, el mantenerles en sitios oscuros. La leche materna no contiene vitamina D, y el único modo de que el bebé acceda a ella es por medio de la luz solar. Poner cremas solares a los niños hace que los carcinógenos pasen directamente a la sangre.
Como puede ver hay muchísimos factores que pueden originar cáncer, además de las causas emocionales.
EL NATURÓPATA -MORITZ
ANDREAS MORITZ es un terapeuta intuitivo practicante de la Iridología, el Ayurveda, el
Shiatsu y la Medicina vibracional. Nacido en el sudeste de Alemania en 1954, Andreas tuvo
que hacer frente a diversas enfermedades de carácter grave desde los primeros años de su
vida, lo que le impulsó a estudiar dietética, nutrición y diferentes métodos de curación natural
cuando todavía era un niño. A los 20 años, Andreas ya había concluido su formación en iridología (ciencia del diagnóstico a través del iris) y en dietética. En 1981, a los 27, empezó los estudios de medicina ayurvédica en India, y en 1991 completó su formación como médico especialista en Ayurveda, en Nueva Zelanda. Ha conseguido grandes éxitos en el tratamiento de enfermedades terminales en las que los métodos tradiciones habían fracasado. Desde
1988, practica la terapia japonesa del Shiatsu, lo que le ha permitido alcanzar un conocimiento profundo del sistema energético de nuestro organismo. Paralelamente, durante ocho años, se ha dedicado profusamente a la investigación activa de la consciencia y del importante papel que ésta tiene en el campo de la medicina. Ha viajado por todo el mundo, tratado a jefes de estado y miembros de varios gobiernos europeos, africanos y asiáticos y
pronunciado numerosas conferencias sobre temas de salud y el binomio mente-cuerpo en la medicina. Autor de numerosos libros entre los que destacan "Los secretos eternos de la salud y el rejuvenecimiento", "El cáncer no es una enfermedad" y "Limpieza hepática y de la vesícula", es fundador de los innovadores sistemas de curación Arte Ener-Chi y Santemonia
Sagrada, cantos divinos para toda ocasión. Para saber más de él, puedes visitar su web en
inglés: http://www.ener-chi.com/
http://lalimpiezahepatica.blogspot.com.es/
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