domingo, 28 de septiembre de 2014

RECETAS PARA CURA DE MALESTARES CORPORALES

CALCULOS BILIARES
Algunos médicos dicen que los cálculos sólo se curan con cirugía; y en ciertos casos tienen razón. No obstante, se han observado buenos resultados con métodos
naturales. Evite los alimentos grasos y reduzca su peso al normal.
Son útiles las siguientes combinaciones de zumos:
* 275 ml de manzana; 175 ml de apio.          * 450 ml de remolacha.
* 175 ml de ortiga; 100 ml de berros.      * 175 ml de zanahoria; 150 ml de remolacha; 150 ml de pepino.
El zumo de apio es particularmente recomendable, por que previene la formación de nuevos cálculos.

DIARREA
Si es persistente, debe consultar a un médico. Hay varias buenas combinaciones de zumos para la diarrea.
Utilice alguna de éstas:
* 450 ml de remolacha.                                         * 450 ml de berza.
* 225 ml de remolacha; 225 ml de berza            . * 50 ml de ajo; 225 ml de berza.
* 50 ml de ajo; 400 ml de remolacha.                    * 450 ml de ortiga.
* 225 ml de ortiga; 25 ml de ajo; 200 ml de berza.* 450 ml de papaya.
* 225 ml de papaya; 225 ml de piña.
MAL ALIENTO
Compruebe que sus dientes están limpios y sin caries.
Tome salvado para mantener normal la actividad de los intestinos. Trátese cualquier infección que pueda tener en el pecho, nariz, boca y garganta.
* 50 ml de zumo de limón en agua caliente al levantarse más uno de estos zumos:
* 275 ml de zanahoria; 150 ml de espinacas; 150 ml de pepino.           * 550 ml de manzana.
* 275 ml de manzana; 225 ml de apio.                                         * 275 ml de zanahoria; 175 ml de apio.
RETENCIÓN DE AGUA
Puede ser el resultado de varias causas que deberían ser tratadas, como una circulación pobre, problemas renales, etc.
Los zumos con buenas propiedades diuréticas ( que ayudan a pasar los líquidos) son:
* 175 ml diarios de alcachofa.                                * 175 ml diarios de espárragos.
* 450 ml de apio.                                                      * 225 ml de pepino; 225 ml de apio.
* 400 ml de diente de león.                                           * 225 ml de diente de león; 100 ml de espárragos.
* 175 ml diarios de ortiga.                                  * 175 ml diarios de perejil mezclado con otro zumo.
* 550 ml de calabaza (o calabacín).                     * 100 g de rábanos picantes (rallados) con agua caliente.
Los que sufran de retención de líquidos deben evitar añadir sal a las comidas (clororo sódico) y no comer alimentos muy salados.
Riñones
(Alteración) Es importante beber suficiente líquido todos los días. En éste caso, es muy útil la terapia de zumos naturales. Tome uno o más de los siguientes:
* 175 ml diarios de alcachofa.                                                   * 50 ml de espárragos, tres veces al día.
* 225 ml de remolacha; 150 ml de zanahoria; 75 ml de pepino. * 175 ml de apio; 175 ml de remolacha; 100 ml de pepino.
Receta de Zumo Verde
El zumo verde está preparado a base de verduras y frutas, tiene como principal característica su alto efecto diurético. Muchas famosas lo toman para beneficiarse de su efecto depurativo. Por eso se ha puesto muy de moda que cada uno prepare su particular versión de este antioxidante zumo.
Si se trata de una bebida quema grasas se nos escapa. No obstante , con la cantidad de nutrientes que nos aporta y teniendo en cuenta que será otra forma de tomar una ración de verdura fruta, nosotros al menos vamos a disfrutar de eso.
Ingredientes
2 hojas de espinacas------2 tallos de apio----1 manzana------1 pera---1 plátano--Zumo de un limón---Agua
Elaboración paso a paso
Lo primero que haremos será exprimir el limón para obtener su zumo. Una vez lo tengamos reservamos hasta que lo mezclemos con el resto de ingredientes.
Descorazonamos la manzana y la picamos junto con el resto de ingredientes. Picando ligeramente los ingredientes facilitaremos que la batidora los triture con facilidad.
Incorporamos los ingredientes en el vaso de la batidora añadiendo el zumo de limón. Trituramos hasta que todos los ingredientes se mezclen bien.
A continuación añadimos poco a poco el agua hasta que logremos la textura deseada.
Mi familia dejó de consumir azúcar por 1 año y esto fue lo que pasó
Erase una vez una época en la que yo era sana – o al menos pensaba que lo era.
Naturalmente me faltaba la energía suficiente para terminar con el día, pero con todos los anuncios en la televisión promocionando bebidas energéticas para las masas cansadas de los Estados Unidos, siempre asumí que yo no era la única que sufría. Y, por supuesto, todo el mundo en mi familia temía las temporadas de resfriados y gripe, pero también pensé que al llegar enero, todas las personas desarrollan algún grado de enfermedad.
Al menos eso es lo que pensaba hasta que empecé a escuchar nueva información inquietante, sobre los efectos del azúcar. Según varios expertos, el azúcar es lo que está causando que muchos estadounidenses tengan sobrepeso y enfermedades. Cuanto más pensaba en ello, esta nueva información empezó a tener sentido para mí – un montón de sentido. Uno de cada siete estadounidenses tiene síndrome metabólico. Uno de cada tres estadounidenses es obeso. La tasa de diabetes se ha disparado y las enfermedades cardiovasculares son la causa de mortalidad número uno de Estados Unidos.
Según esta teoría, todas estas enfermedades y muchas otras se pueden asociar con la presencia de este gran tóxico en nuestra dieta … el azúcar.
UNA IDEA BRILLANTE
Tomé todo este conocimiento recién descubierto y formulé una idea. Quería ver cuán difícil sería para nuestra familia – mi marido, nuestras dos hijas (de 6 y 11) y yo – pasar todo un año sin consumir alimentos con azúcar añadido. Cortamos de nuestra dieta cualquier alimento con azúcar añadido, ya fuera azúcar de mesa, miel, melaza, jarabe de maple, agave o jugo de frutas. También se excluyó cualquier cosa hecha con edulcorantes o alcoholes de azúcar. A menos que la dulzura fuese original en el alimento (por ejemplo, una pieza de fruta), no lo comeríamos.
Una vez que empezamos a buscar, encontramos el azúcar en los lugares más increíbles: tortillas, salchichas, caldo de pollo, ensaladas preparadas, fiambres, galletas, mayonesa, tocino, pan, e incluso en fórmula para bebés. ¿Por qué añadir toda esta azúcar? Para hacer estos artículos más agradables al paladar, preservar por más tiempo los alimentos, y abaratar la producción de alimentos empacados.
Llámenme loca, pero evitar azúcares añadidos durante todo un año me parecía una gran aventura. Tenía curiosidad de lo que sucedería. Quería saber cuán difícil iba a ser y qué cosas interesantes podrían suceder. ¿Cómo iba a cambiar mi forma de cocinar y hacer compras?
Después de haber realizado mi investigación estaba convencida que eliminar el azúcar nos haría todos más saludables. Lo que no esperaba fue cómo el hecho de no comer azúcar me hizo sentir mucho mejor de una manera muy real y tangible.
 Un año sin azúcar más tarde…
Era sutil, pero perceptible: cuanto más tiempo pasaba sin comer azúcar añadido, me sentía mejor y con más energía. Y por aquello de las dudas, algo que sucedió confirmó la conexión entre dejar el azúcar añadido con sentirme mejor: el cumpleaños de mi marido.
 Durante nuestro año de NO azúcar, una de las reglas era que como familia, podríamos tener al mes, un postre con contenido de azúcar y si era el cumpleaños de alguno de los miembros de la familia, este lo podía elegir.
Por ahí de Septiembre ya notamos nuestros paladares cambiados y poco a poco, empezamos a disfrutar menos de nuestro postre mensual.
Pero cuando nos comimos el decadente pastel de varias capas con crema de banano que mi marido había solicitado para la celebración de su cumpleaños, yo sabía que algo nuevo estaba ocurriendo. No sólo no me gustó mi rebanada de pastel, ni siquiera la pude terminar. Tenía un sabor extremadamente dulzón para mi paladar ahora sensible, hizo que mis dientes dolieran,  mi cabeza comenzó a latir con fuerza y mi corazón empezó a acelerarse… Me sentía muy mal.
 Estuve tumbada en el sofá con la cabeza a punto de estallar, por una hora antes de empezar a recuperarme. “Caray”, pensé “El azúcar siempre me hizo sentir mal, pero debido a que estaba en todas partes, nunca lo realicé”.
Después que nuestro año sin azúcar añadido terminó, conté las ausencias de mis hijos en la escuela y las comparé con años anteriores. La diferencia fue dramática. Mi hija mayor, Greta, pasó de 15 ausencias en el año anterior, a sólo dos.
Hoy en día, habiendo pasado ese año, la forma en que comemos es muy diferente. Apreciamos el azúcar en cantidades drásticamente más pequeñas, lo evitamos en los alimentos diarios (en el que no debería estar en primer lugar), y guardamos el postre para momentos muy particulares. Mi cuerpo parece estar dándome las gracias por ello. No me preocupo por quedarme sin energía. Y cuando aparece la temporada de gripe, ya no siento la necesidad de esconderme con mis hijas debajo de la cama. Si nos enfermamos sabemos que nuestros organismos están mejor equipados para luchar, nos enfermamos menos y nos recuperamos más rápidamente. Para mi sorpresa, después de nuestro año sin azúcar, todos nos sentimos más sanos y fuertes. Y eso no es nada despreciable.

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